Armando Saldaña Salinas
Siempre es arriesgado ofrecer este tipo de listas. Inevitablemente, alguien se ofende porque no está esa novela, mientras que otra persona se ofende porque esta novela tiene una posición tan alta. En efecto, lectores veteranos del género notarán algunas ausencias. Para empezar, no van a encontrar aquí ninguna novela marciana de Kim Stanley Robinson. La trilogía de Robinson, sobre todo el primer libro, es un monumental intento de retratar lo que sería en realidad la colonización y terraformación del planeta rojo. Lástima que es tan aburrido. Si me preguntan, esos tres libros son los responsables de toda una década de novelas marcianas tediosas. Tampoco están en esta lista Stranger In A Strange Land o Podkayne of Mars, muy a mi pesar, ya que son dos de mis novelas favoritas de Heinlein, por la pequeña razón que ninguna de las dos ocurre en Marte, aparte de un manojo de breves capítulos.

5) Martian Time-Slip, de Philip K. Dick. Caso raro para PKD, ya que aquí no aborda preguntas ontológicas sobre la naturaleza de la realidad. El Marte de Dick no es el poético de Bradbury ni el aventurero de Edgar Rice Burroughs, pero tampoco es el realista de Robinson. Es un Marte simbólico, casi una metáfora, de una soledad y desolación absoluta. Los protagonistas no enfrentan ningún gran conflicto aparte del tedio diario de sus vidas, donde deben enfrentar el polvo y el aburrimiento. Hay una trama de fondo (una especie de estafa de bienes raíces para explotar un territorio sagrado para los marcianos originales) pero, igual que en la mayoría de las novelas de PKD, es solo una excusa para poder describir las angustiantes vidas de protagonistas que luchan por encontrar un significado, cualquier motivo por levantarse de la cama todos los días. Quizá solo Gateway, de Pohl, incluye a un elenco de personajes más desesperados.

4)The Martian Chronicles, de Ray Bradbury. Aquí estoy haciendo trampa, por supuesto. El libro es maravilloso, pero no es una novela (no me importa lo que dice Borges). Hasta como una fixup novel hay que aguzar los ojos e ignorar ciertos detalles para aceptarla como tal. Pero es uno de mis libros favoritos de toda la vida, así que podemos hacernos de la vista gorda. El Marte de Bradbury tiene poco que ver con el Marte que la NASA nos ha descrito. John Campbell, el legendario editor de Astounding, rechazó todos los cuentos de este libro por su falta de rigor científico. Esto no fue debido a que Bradbury fuera un ignorante. Es solo que Bradbury, igual que PKD, no estaba interesado en describir ese Marte. El Marte de este libro es un reflejo obvio del Medio Oeste norteamericano, el de la infancia de su autor. Es esto lo que le permite alcanzar un lirismo asombroso en varios de estos cuentos. Un recuerdo nostálgico de una época que ya terminó y nunca regresará. Entre mis relatos favoritos están ‘The Long Years’ y ‘The Million-Year Picnic’.

3)The Quantum Thief, de Hannu Rajaniemi. El libro más reciente de la lista, y quizá el más osado. Este es el tipo de libro que no se podría haber escrito hace tan solo diez años. En lo personal es el tipo de novelas que me encantan. Jean le Flambeur es un legendario ladrón que escapa de una prisión conceptual (la única manera de salir es utilizando la teoría de juegos) y que debe regresar a Marte para recuperar sus recuerdos. La sociedad entera de Marte vive dentro de Oubliette, la única ciudad en el planeta. Oubliette existe y se mantiene gracias al trabajo forzado de Almas Muertas, “Nikolai Gogols” esclavizados. En Oubliette, Isidore Beautrelet es un detective que trabaja para uno de los misteriosos tzaddik que mantienen el orden en esta sociedad. En Oubliette el tiempo es una divisa… En resumen, lo que podría parecer un soberano batidillo de ideas para un lector neófito es en realidad una de las primeras obras maestras de este siglo. El finlandés Rajaniemi nos demuestra que en el siglo xxi no solo los anglosajones pueden escribir grandes novelas de cf.

2) Red Dust, de Paul McAuley. En plena década de los noventa, cuando todos querían imitar las novelas de Marte de Kim Stanley Robinson, apareció este librito que básicamente agarró el camino contrario. Es un Marte bastante realista en términos científicos, la diferencia radica en la imaginación descarriada del autor. En vez de geólogos que pasan capítulos enteros estudiando la composición del suelo marciano y discutiendo la ética de colonizar un planeta extraño, aquí van a encontrar a emperadores chinos, djs piratas transmitiendo canciones de Elvis, un monasterio tibetano gobernado por una Inteligencia Artificial, vaqueros conduciendo ganado genéticamente modificado a lo largo del desierto marciano… y nuestro pobre protagonista que accidentalmente se involucra en las maquinaciones políticas mientras recorre Marte en busca de sus abuelos desaparecidos. Un libro muy divertido que por desgracia no mucha gente conoce.

1) Desolation Road, de Ian McDonald. Más de una persona ha comparado esta novela con Cien años de soledad y por única vez supongo que no es exageración. Mi novela favorita de Marte es una joya del realismo mágico que raya los bordes de la cf y la fantasía. Siempre me sorprendió que esta fue la primera novela de McDonald y si bien libros posteriores, como River of Gods, la han igualado, no creo que ninguna la haya superado. La prosa es bellísima, tan memorable como la del mismo Bradbury (si me permiten la blasfemia). La escena donde la lluvia cae sobre el Viking es particularmente hermosa, por ejemplo. El libro trata sobre una pequeña comunidad al lado de una vía ferroviaria a mitad del desierto marciano. La novela inicia con la fundación de esta comunidad y continúa a lo largo de los años y décadas con las vidas entrelazadas de todos sus habitantes a través de varias generaciones. Irónicamente, el nombre de Marte jamás se menciona en el libro…
Mención honorifica a novelas como The Secret of Sinharat, de la señora Leigh Brackett (la versión expandida de Queen of the Martian Catacombs, un título tan estrambótico que me habría gustado escribirlo yo primero), un libro de aventuras en el desierto marciano fantástico que siempre me ha gustado mucho más que cualquier novela de Edgar Rice Burroughs; y The Sands of Mars, el primer libro de Arthur C. Clarke que leí en mi vida y que todavía me trae recuerdos entrañables. ¬
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Armando Saldaña Salinas (Ciudad de México, 1969). Escribe desde hace más años de los que le gustaría contar. Empezó a publicar profesionalmente en el mercado estadounidense en el año 2000. Tiene diez libros publicados, entre novelas y colecciones de cuentos, en papel y en formato digital, destacando los títulos: One Night in Bangkok (2009), The Anarchy Lesson (2001), y The World According to Kane (2000). Lector obsesivo de ciencia-ficción y literatura fantástica, su blog de reseñas literarias, cinematográficas y de otras artes narrativas, Postcards From The Edge, recientemente cumplió seis años. Vive en la Ciudad de México, pagando cantidades exorbitantes de renta.
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