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Fanzine Espejo Humeante. Edición 13.5, HARDOILED NOIR

En este número colaboran: Omar Delgado, Noé Hernández O., Daniel Bernal Moreno, Romy Riq, Ajedsus Balcázar Padilla, Rafael Sánchez Araiza, M. Sebastián Salas, Bernardo Martínez, Juan Pablo Goñi Capurro, Andrés Urrutia, Jovanni Dupin, José Talamantes, José Julio Zerpa Rodríguez, Dark Wanderer, Luis Manuel Solís, Óscar Delgado, I. A. Galdames, José Gaona, Julia Livia March, Martha Camacho, Claudio Echeguerry, Marcelo Medone, Lizeth García, J. R. Spinoza, Francesco Profilo, Freddy Auqui Calle, Caleb Olvera Romero, Eduardo Sabugal, Mónica A. Montoya (Delirio Oscuro) e Ignacio Navarro Cortez.

Buenos Aires

El primer viernes de marzo es un día especial en Catemaco porque ese día se pueden hacer pactos con el diablo. Me presenté con el Brujo Mayor y le di todo lo que tenía ahorrado para un terrenito en Chalco como precio al favor que Satanás dizque me iba a conceder. Y ya ve, ahora ni terrenito ni favor del diablo.

Matar al Ruiseñor

Su voz suave, aunque varonil, combinaba perfecto con el requinto de su guitarra. Más que Agustín Lara, que con todo y su piano, cantaba como si estuviera haciendo buches con piedras. En ese tiempo, él era el rey de la canción romántica; sin embargo, decían algunos, pronto Guty Cárdenas sería más famoso que Lara. Decían. Y hubiera pasado, claro, si no hubiera muerto.

Tríptico en negro

Coloca con cierta dificultad el letrero. Una lona pequeña, con letras rojas, como las que ha colocado en distintos puntos de la ciudad. El olor es nauseabundo, insoportable, pero no parece importarle. Su pelo está sucio, largo, enredado, grasoso, igual que su larga barba. Camina despacio, entumido por el frío del amanecer.

Fábula viral

El gordinflón aludido, la panza redonda y sus terminales plegadas como un origami proteínico, se deslizó en medio de todos. Dejó una peste penetrante a manteca quemada y rancia.
—Les saludo, variantes del coronita, como les llaman allá afuera. —Y el panzón rio, demostrando una absoluta falta de respeto.

Uno de vaqueros y sicarios

El vehículo de los matones se sacude por un segundo, justo antes de ser iluminado por el haz de luz que proviene de las alturas. El sueño evita que se percaten de lo que sucede sobre sus cabezas, el Plymouth negro apenas despega las cuatro llantas del suelo de la calle antes de que sus tripulantes desaparezcan en lo profundo de la luminosidad.

El extraño caso de Buck’s Row

Una pequeña pinta sobre uno de los bloques de la casa de los Dennson fue testigo de esta escena. Una cruz dentro de un círculo. La tarde del 28 de junio asistió a Whitechapel para encontrarse con esta marca en la pared. Suzanne Peterson, hija de diez años del comerciante Roman Peterson, había desaparecido la tarde anterior.

El asesino de Street 42

¿De quién podía tratarse exactamente?, o ¿quién era lo suficientemente cauteloso para convertirse en uno de los más buscados de la fiscalía de Estados Unidos? No era nuevo para los ciudadanos, pues “El asesino de Street 42” solamente se añadía a la colección de amenazas para la zona. La única diferencia de todos los maleantes que buscaban día con día, era que nadie cubría los requisitos para que los agentes pudiesen sospechar de alguien.

Tan muerta como yo

La chica decidió no aceptar que estaba muerta. Sí, había mucha evidencia en contra de ella, pero, después de todo, aceptar que estás muerta es un gran paso en la vida de cualquiera. Prefería vivir, o más bien, morir, en negación, seguir haciendo lo de siempre. ¿Acaso no había tantas personas diciendo que el dolor es obligatorio, pero que sufrir es una decisión personal? Quizás lo mismo pasa con la muerte.